CUATRO SEMANAS Y MEDIA

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Después de la Semana Santa todo se ha ido de madre, padre, hijo y Espíritu Santo. Pero aquí estamos para contarlo. Y aunque a los vecinos les puede haber parecido que todavía estábamos de vacaciones, han ocurrido muchas cosas. Por ejemplo:

Nos jugamos una imputación por enaltecimiento del terrorismo (que la cosa está muy mala) por culpa de Silvia, a pesar de que lo realmente importante es que Tomás lleva días sin ordenador y comienza a comportarse como un drogodependiente.



Tomás se descubre como todo un experto en pasar revista. Es como el Sargento de Hierro de Barcelona. Tanto impone, que casi se nos pasa por alto que David está desaparecido. ¿Quién tendrá la culpa? Para suavizar el ambiente, tiene que visitarnos el vecino.



El New Age entra en el piso. Jim Carrey grita desde la caja tonta. En algún lugar, en algún momento, hay alguien llorando porque la grasa del cristal no le deja ver el paisaje por la ventana del autobús.



David viene con historias para contar sobre Corea la Buena. Pero el tío sólo trae eso, información. Ni un puñetero souvenir. Vergonzoso. Julia se queja poniéndose mala. Tomás y Silvia hacen como que no pasa nada, pero se lo están guardando.