COCA PARA TODOS

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Cuando nos dijeron que esta semana tocaba tirarnos petardos tuvimos miedo, porque el mundo está lleno de gente muy chunga, y bastante delicada tenemos ya la cabeza. Cuandos especificaron que se trataba de los de pólvora, nos quedamos mucho más tranquilos. Los objetos inanimados, por peligrosos que sean, siempre son más controlables que ciertas personas. Así es como encaramos nuestro Sant Joan, impregnándonos de poesía y de trance, recibiendo al verano con las ventanas abiertas.

SÓNAR DE DÍA, CHINO DE NOCHE

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La Selectividad nos ha puesto nerviosos, nos tiene a la que salta, esas erratas examinatorias nos confunden. Es la hora de pensar en distracciones para el verano que ya está encima. Total, ninguno de nosotros tenía que hacer el temido examen después de todo. Unas salidas al aire libre, unas visitas a la biblioteca, unas excursiones por el continente amarillo... Chi lo sa, tal vez todo. En el piso no tenemos límites. Sólo el de nuestra renta.

BRUNETTES EN BRUNETE

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Estar de buen ver tiene que ver con comer fresco, con acudir al tan olvidado mercado de la villa. No vale con visualizarlo interactivamente, hay que pisar ese pavimento con impregnación de pescado, visualizar los colores frutales que no se consiguen solo bebiendo Aperol. Así lo hemos entendido esta noche en el piso, así que la próxima semana estaremos seguramente irresistibles, aunque lo único que llegue de nosotros al exterior sean leves voces atravesando las paredes.

EL SEÑOR LEE SE VA DE VIAJE

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Y también de viejo, que ya suma casi más años que todos los del piso juntos. Celebramos un cumpleaños ajeno recibiendo a una Julia con el vello facial crecido, que resulta no ser exactamente una Julia. Infiltraciones en el piso. Todo viene de amagatotis: los venerables esconden facetas, el verano no se revela y los recuerdos de la infancia esperan agazapados.