DIECISÉIS SEGUNDOS

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Por fin estamos todos tranquilitos y juntos en el piso. Tal ha sido el nivel de relajación, que a Albert le han fallado las defensas y no sale de su cuarto ni para mear. Nos quedamos pues hablando en el comedor el trío calavera, y conversamos sobre tiempo y movimiento, real y figurado, tecnológico y artístico, subjetivo en cualquier caso. Y en los tiempos muertos, preparamos un atraco al primer bingo que nos crucemos. 

SE ME'N CARDONA

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El ambiente está tan electrificado que a veces se nos va la luz. Es más o menos lo que ocurrió la última velada, mientras hablábamos del sexo de los animales. David venía con la lengua fuera (nada que ver con el anterior tema) y se fue justo al acabar la cerveza, no sin antes haber dado el parte de sus experiencias (una vez más, nada que ver con fauna y flora). Mientras afuera oscurecía, el rockabilly corría por nuestras venas y nuestras mentes se abrían como surcos de un viejo vinilo.

VUELVE LA VOZ

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Una ausencia y una presencia.
Aunque la segunda da más sorpresa y gustico.
Un viejo conocido viene a vivir con nosotros.
Otra vez.
David lo presenta desde el más allá.
Julia y Àlex se encuentran con el percal en su propio comedor.
Pero somos de recepciones cálidas.
Con una cerveza en la mano, ¡la cosa se relaja al instante!

HISTORIAS DE AMOR

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Por fin sabemos dónde se ha metido Javi. Hemos invitado a Jordi Ojeda y se ha encontrado con todo el percal, así, sin comerlo ni beberlo. De modo que, como si de una cortina de humo mediática se tratara, corremos un tupido velo y empezamos a hablar de cosas que pueden ocurrir en el próximo Festival de Sitges. Que son muchas, nadie se equivoque, y tienen tantas ramificaciones que cuando nos descuidamos estamos hablando de la programación del satélite digital. Es muy difícil concentrarse con esta gente.